Asumir el desafío que implica para los Estados precaverse del terrorismo (Nacional/ internacional) ha resultado muy difícil, porque ya no se trata sólo de un fenómeno político, sino que también uno criminal cuyas redes y actividades son bastante complejas, intrincadas y multifacéticas. Incluso, se está en presencia de una amenaza global en la que ambos tipos de terrorismo comparten ciertos espacios en varias partes del mundo. De este modo, el de carácter clásico (político) utiliza al crimen para actuar y los delincuentes emplean las tácticas terroristas para intimidar, presionar y someter a quienes obstaculizan su acción, lo que impone mayores retos desde el punto de vista jurídico y de seguridad, tanto a nivel de cada país como en el ámbito internacional
El actual clima societal interno, permite una convivencia adecuada, donde sus actores gozan en nuestro país de una muy baja probabilidad de sufrir daños de carácter terrorista, sin embargo no es óbice para que en aras de la mantención de la tranquilidad y normalidad de las empresas, especialmente aquellas de carácter transnacionales, específicamente empresas aéreas de carga, aeroportuarias, adopten toda clase de medidas de seguridad y prevención, a objeto de evitar ser utilizadas como caballos de troya, para conseguir objetivos terroristas en territorios extranjeros. Un servicio preventivo de detección de explosivos, aporta grandes beneficios que aportan valor a su credibilidad de imagen ante Autoridades Nacionales y Extranjeras, y potencian su marca ante la opinión publica
El problema de hacer frente al terrorismo urbano, en la mayoría de los países, es, responsabilidad de las fuerzas policiales; mientras que la detección y desactivación de artefactos terroristas, es una tarea que compete sólo a personal policial.
Nuestros ejemplares seleccionados para tareas de detección de explosivos, están adiestrados con técnicas diferenciales para generar una alarma pasiva, señalizando la presencia de sustancia explosivas de tipo comercial y militares, así como la presencia de residuos de los mismos. Estos recursos caninos, pueden detectar y alertar una amplia gama de compuestos explosivos.
19000 es el número de mezclas de sustancias explosivas conocidas, y los canes, tienen la capacidad de detectarlas, a todas ellas, con casi el 100 % de efectividad, sin necesidad de ¿Cuál es el secreto?. En principio, la disposición natural del perro, que tienen exacerbado el sentido del olfato 70 veces respecto al ser humano y algunas razas en particular, superan ese porcentaje. Luego, a esa predisposición, debemos sumarle el aporte que realiza el hombre, mediante el entrenamiento, que está basado en la teoría conductista del método de Pavlov, llamado también del reflejo condicionado, que básicamente establece que un animal puede ser entrenado a responder de una manera específica ante un estímulo externo, como un olor, un ruido o la luz.