En este mundo cultural de los negocios, inserto en un clima amenazante, donde en narcotráfico y el crimen organizado tiene la capacidad de corromper estructuras éticas en las organizaciones, ante ello es importante que las empresas cuenten con un respaldo profesional disuadir y detectar la presencia de drogas en sus procesos técnicos, administrativos y comerciales, puesto que la reputación de marca es un valor estratégico y critico que hay que proteger.
La velocidad que generamos información a través de los medios digitales permite una atomización de receptores. Internet abre esa ventana de conocimiento para que el mundo acceda a noticias, generando en ocasiones contenidos dañinos que pueden afectar la credibilidad y confianza de dichas marcas.
En DMadison S.A., consciente de estas amenazas y riesgos, pone a disposición de sus clientes, un servicio de ejemplares caninos, especializados en la detección de todo tipo de drogas, lo que permite su control estratégico y administrativo, mitigando los efectos negativos en la prensa, y al mismo tiempo generando instancia disuasivas para impedir acciones que comprometan la imagen y reputación de las Empresas.
AGUDEZA OLFATORIA
Los perros poseen aptitudes intrínsecas. El valor principal del perro como detector de estupefacientes es su capacidad de funcionar como mecanismo sensorial. Se sabe muy bien que el perro posee la capacidad de detectar rastros de ciertos olores y que su capacidad olfativa es muy superior a la del hombre.
El olfato de los perros no tiene rival alguno: Tomemos al hombre por ejemplo, él posee un promedio de 5 millones de células olfativas dentro de su nariz, todas ocupan un área de 500 milímetros cuadrados.
En cuanto a los perros, ellos poseen un promedio de ¡220 millones de células olfativas! Una diferencia baste mayor al del hombre, lo que significa que la capacidad de olfatear en los perros, supera a la de los humanos en más de un millón de veces.